Los expertos de la industria predicen que para el año 2025, la energía renovable superará al carbón y gran parte de ese crecimiento vendrá de la energía solar.
Si bien algunas de las ventajas de la energía solar son evidentes, también es necesario preguntarnos cuáles son los inconvenientes de los cada vez más populares sistemas fotovoltaicos y qué debemos tener en cuenta antes de elegir un sistema fotovoltaico para nuestro hogar o negocio.
A continuación, analizaremos las tendencias y los cambios más recientes en la industria solar y explicaremos los posibles inconvenientes, incluyendo la ciberseguridad, que a menudo se pasa por alto. Ofreceremos algunos consejos útiles sobre cómo protegerse online, cómo utilizar una VPN y cómo mantener su software actualizado.
La energía solar está a la vanguardia en energía renovable
En 2023, se añadió un 50% más de sistemas de energía renovable a nivel mundial, y la energía solar representó tres cuartas partes de ese aumento. El líder absoluto en producción de energía solar es China, que instaló en 2023 más plantas fotovoltaicas que todos los países juntos el año anterior, aumentando su producción de energía solar un 66% en solo un año.
Tanto los usuarios como los ambientalistas elogian la energía solar como una alternativa más limpia y sostenible a la energía de combustibles fósiles. Si hay que hacer caso a las predicciones, el mundo va en camino de abandonar los combustibles fósiles en el 2050.
¿Cuáles son los pros y los contras de la energía solar?
Ventajas
Renovabilidad. Sobra decir que la energía del sol es ilimitada. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por las siglas en inglés de International Renewable Energy Agency), la Tierra recibe continuamente del sol 10.000 veces más energía de la que utiliza actualmente el mundo entero. Además, la energía solar no agota ningún recurso natural, lo que ofrece seguridad energética a largo plazo.
Bajos costos de mantenimiento. Una vez instalados, los paneles fotovoltaicos requieren poco mantenimiento. Las piezas son relativamente duraderas: los paneles solares duran entre 20 y 30 años, y los inversores de placa duran entre 5 y 10 años. La principal tarea de mantenimiento es la limpieza de los paneles unas cuantas veces al año, dependiendo de las condiciones ambientales. Según los informes de 2019, los costos de mantenimiento de los sistemas fotovoltaicos oscilan entre 13 y 25 dólares por kW instalado al año.
Independencia energética y reducción de las facturas de electricidad. Los recientes cambios socioeconómicos y la recuperación económica pospandémica dieron como resultado un aumento de los precios de la electricidad en todo el mundo. Para combatir esta situación y no depender de los combustibles fósiles importados, algunos gobiernos han comenzado a invertir más en energía solar y han alentado a los usuarios privados y a las empresas a solicitar fondos energéticos respaldados por el gobierno. Algunos países ya cuentan con una infraestructura solar bien desarrollada que les permite disminuir su vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado energético.
Efectos positivos sobre el medio ambiente. Generar energía a través de la energía solar no produce emisiones nocivas. Sin embargo, la manufactura de paneles solares requiere energía que sí genera contaminación; aun así, suponen menos emisiones de carbono liberadas por el uso de carbón y gas natural durante el ciclo de vida de los respectivos sistemas. La industria solar estima que la electricidad generada por paneles solares fotovoltaicos produce 20 veces menos CO₂ que la producida por carbón, y 12 veces menos que la electricidad generada por gas natural.
Contras
No son completamente resistentes a la intemperie. Los paneles solares pueden dañarse por las condiciones climáticas extremas como nieve, granizo y vientos fuertes. Las caras reparaciones y reemplazos frecuentes aumentarían los costos, reducirían la eficiencia y podrían afectar la producción de electricidad.
Dependencia de la red eléctrica. Las redes eléctricas son una infraestructura esencial en todas las comunidades. Sin embargo, las redes eléctricas más antiguas no fueron diseñadas para soportar las redes solares y, si no se mejora la infraestructura, la energía capturada por los paneles solares no tiene adónde ir.
Dependencia de las condiciones de luz solar. La producción de energía solar depende de la luz solar, lo que significa que la producción de energía puede aumentar drásticamente durante las horas pico y luego disminuir durante la noche. Estas fluctuaciones pueden afectar gravemente a la estabilidad de la red e incluso provocar cortes de energía.
Altos gastos iniciales y un largo periodo de recuperación. Los costos iniciales de un sistema de energía solar fotovoltaica pueden ser altos. Aunque los precios han bajado en los últimos años, siguen siendo uno de los obstáculos más frecuentes tanto para los propietarios privados como para las empresas. Además, el periodo de recuperación, o el tiempo necesario para que la planta de energía fotovoltaica cubra el costo de la inversión inicial, puede llegar a ser bastante largo. Depende de varios factores, como el tamaño del sistema y las condiciones climáticas, y puede oscilar entre 7 y 20 años.
Energía solar y ciberseguridad
En 2021, un ciberataque al sistema de oleoductos Colonial Pipeline demostró las devastadoras consecuencias de un ataque a la infraestructura energética. Cuando el grupo criminal DarkSide llevó a cabo un ataque de ransomware dirigido a Colonial Pipeline, la distribución de combustible en la costa este de Estados Unidos se vio afectada, provocando escasez y aumentos de precios. Para resolver el problema lo más rápido posible, Colonial Pipeline terminó pagando a los hackers alrededor de 4,4 millones de dólares en Bitcoin, pero posteriormente el FBI logró recuperar una parte de ese dinero.
De hecho, el sector energético en su conjunto se ha convertido cada vez más en un blanco de ciberataques en todo el mundo.
¿Y qué hay de los sistemas de energía solar? ¿Podrían ser hackeados¿ La respuesta es que sí. Los sistemas de energía solar utilizan dispositivos y componentes conectados a internet, posibilitando así los ciberataques.
Algunos de esos dispositivos son inversores de placas que son responsables de convertir la corriente continua (CC) en electricidad de corriente alterna (CA) y garantizar que el voltaje de la electricidad convertida coincida con el de la red. Debido a su conectividad a internet, los inversores modernos tienen capacidades adicionales que permiten el monitoreo, control y recopilación de datos en tiempo real.
Sin embargo, la conectividad a internet también significa que los inversores son susceptibles a violaciones de seguridad. Los hackers pueden explotar el software desactualizado y desprotegido de un inversor de placas, interceptar los datos registrados en el inversor o, en casos excepcionales, instalar código malintencionado que podría propagar el malware por toda la red eléctrica.
La Autoridad Holandesa para la Infraestructura Digital (RDI) probó nueve inversores diferentes de ocho fabricantes y concluyó que ninguno de ellos cumplía con los estándares de ciberseguridad de la agencia, mientras que cinco de ellos fueron susceptibles a crear graves perturbaciones en la red.
Además de los inversores, los hackers suelen atacar los sistemas SCADA (por las siglas en inglés de Supervisión y Adquisición de Datos). Los sistemas SCADA no son exclusivos de las plantas de energía fotovoltaica, sino que se pueden encontrar en diversas industrias y se utilizan para el control y monitoreo de procesos industriales en tiempo real. En los sistemas solares fotovoltaicos, los sistemas SCADA gestionan y monitorean la red eléctrica y el sistema de distribución. Pueden ser propensos a sufrir vulnerabilidades de seguridad si tienen software obsoleto, protocolos de autenticación débiles y comunicaciones no encriptadas.
Otros tipos de ciberataques son los ataques de denegación de servicio (DoS), donde un sistema se desactiva al abrumarlo con solicitudes. Esto sucedió en 2019 en una importante empresa de energía renovable con sede en Utah, sPower, que informó de un ataque de denegación de servicio que provocó repetidos reinicios. El ataque, que interrumpió los sistemas pero no tuvo impacto en los clientes, aparentemente estaba explotando una vulnerabilidad conocida en un firewall de Cisco.
Cómo reforzar los sistemas de paneles solares contra los ciberataques
Proteger los sistemas solares fotovoltaicos es crucial, ya que se convierten en una parte más importante de nuestro panorama energético. La estrategia de ciberseguridad para estos sistemas debe adaptarse al tamaño y propósito específicos de la central eléctrica. Las instalaciones más pequeñas pueden arreglárselas con protecciones más simples, mientras que las plantas más grandes necesitan medidas de seguridad más completas y personalizadas.
La responsabilidad de la ciberseguridad recae en todos los involucrados: los propietarios de sistemas, operadores y equipos de mantenimiento deben trabajar juntos para protegerse contra las amenazas. Los fabricantes también desempeñan un papel clave a la hora de garantizar que sus inversores y sistemas SCADA sean seguros desde el principio.
Esto es lo que pueden hacer las empresas, los usuarios personales y los gobiernos para proteger las plantas solares fotovoltaicas:
- Implementar fuertes medidas de seguridad de red: se debe asegurar que todos los dispositivos en red, incluidos los inversores de placas y los sistemas de monitoreo, estén protegidos mediante contraseñas seguras, autenticación multifactor y encriptación. Es necesario actualizar periódicamente el firmware y el software para corregir cualquier vulnerabilidad. La segmentación de la red también puede ayudar al aislar los sistemas fotovoltaicos de otras redes críticas.
- VPN para empleados: una VPN puede encriptar la actividad online de los empleados, dificultando así que los fisgones y los hackers roben la información como contraseñas o intercepten las comunicaciones.
- Organizar auditorías de seguridad y capacitación de manera periódica: si usted es propietario de una empresa, audite periódicamente los protocolos de seguridad de su sistema fotovoltaico para identificar y abordar posibles vulnerabilidades. Además, educar a los empleados y usuarios sobre las mejores prácticas de ciberseguridad, como reconocer intentos de phishing y utilizar contraseñas seguras, puede reducir significativamente el riesgo.
